Los niños no vienen con manual de instrucciones”, dice la sabiduría popular, imagino que con la intención de subrayar lo particular de la crianza de cada niño, las dudas y los esfuerzos de cada padre y cada madre. La Guía sobre trastornos del comportamiento de niños y adolescentes que acaba de publicar el hospital Niño Jesús intenta ofrecer ese manual de instrucciones: sus autores saben y deben instruir a los padres sobre lo que han de hacer cuando un niño (cualquier niño) no come, no duerme, está triste, se enfada, etcétera. El resultado es un documento plagado de planteamientos conductistas en el que aparecen mezclados trastornos psicopatológicos con reacciones emocionales cotidianas como los celos o las rabietas, o con problemas sociales y familiares tal como la separación de los padres o el acoso escolar. Los síntomas que se mencionan son sistemáticamente vaciados de contenido psíquico: el niño deja de ser una persona a la que le ocurren cosas, fundamentalmente en su relación con los otros —cosas sobre las que debemos reflexionar—, para convertirse en un cuerpo que hay que entrenar y controlar.
El apartado de la guía que más críticas ha suscitado es el dedicado al sueño. Las recomendaciones para los niños que sufren insomnio (definido, erróneamente, como la incapacidad de dormirse solo), resumidas en dejarles llorar y no calmarles con nuestra presencia, han provocado una reacción que ha llevado a sus autores a redactar una segunda versión rebajando el tono de algunas de estas indicaciones. Sin embargo, la reflexión debería ir más allá. Quizá lo esencial a la hora de afrontar los conflictos de la crianza sea la imaginación. La imaginación permite conectar con lo que le pasa al niño. Como no podemos leer la mente de los otros, el único modo que tenemos de acceder a ella es a través de nuestra propia capacidad de representación. Cuanto más hayamos leído y pensado, cuantas más historias atesore nuestra memoria, cuantas más reflexiones acerca de cómo mira y siente un niño, mejor lo entenderemos.
La literatura infantil está llena de ironía, juegos de palabras,