El tribunal de la Audiencia Provincial de Madrid ha aplazado este viernes por segunda vez el juicio por el robo del hijo de Adelina Ibáñez por incomparecencia de Joaquín Botija Botija, el ginecólogo de la Clínica Santa Cristina acusado de la sustracción del bebé en 1975, que alega «problemas médicos». Ibáñez denunció la desaparición de su hijo nada más nacer, en octubre de 1975, y en 2013 llevó el caso a los tribunales. La denunciante acusó también a la Monja Sor María, fallecida ese mismo año, de sustraer a su pequeño por haber sido fruto del «pecado». El bebé nació fuera del matrimonio.
La defensa del doctor, que se enfrenta a ocho años de cárcel, ha argumentado que su cliente «se encuentra sometido a un tratamiento para el que no puede posponer las sesiones». «Es una cuestión de vida o muerte», ha añadido. Sin embargo, ni la defensa, ni el tribunal, ni el propio médico forense conocen la patología que sufre el acusado. «Es para preservar la protección de datos de mi cliente, señoría», apuntó el abogado. Ante estas alegaciones el presidente de la sala ha comentado: «Es impresentable lo que ha hecho la defensa».
Adelina dio a luz a su hijo Bruno el 27 de octubre de 1975 en el Hospital Santa Cristina de Madrid. Fue asistida por la monja María Gómez Valbuena, conocida como Sor María. Tras dar a luz, le dijeron que había muerto, y le enseñaron un bebé que ella asegura que era un muñeco. Pidió que se lo acercaran y se lo impidieron. «Cuando nació, le toqué la espalda y la cabecita. No le oí llorar porque soy sorda. Pero yo le toqué y me dijeron que eso que había tenido era placenta previa y que por eso me anestesiaban. ¿A quién le anestesian con un hijo ya entre las piernas?«, decía a la salida de la vista.
El forense encargado de analizar la documentación médica del acusado ha subrayado que consta de partes «inteligibles» y «borrosas». Y que en los documentos procedentes de la sección onco-hematológica del Hospital de la Paz,