La resistencia a los antibióticos que están desarrollando algunas clases de bacterias es uno de los grandes peligros que se vislumbran en los horizontes sanitarios, y no son pocos los organismos, como la OMS, que han advertido de que estas ‘superbacterias’ podrían desencadenar la próxima gran pandemia.
Los científicos, lejos de ignorar esta amenaza, trabajan ya en el desarrollo de nuevos tratamientos que puedan triunfar donde los antibióticos están fallando. Y uno de los enfoques más vanguardistas es emplear virus como arma terapéutica.
¿Virus curativos?
En el actual panorama, tras casi dos años de pandemia a causa de un virus que se ha expandido por todo el mundo, la sola idea de introducir deliberadamente virus en el organismo de una persona puede parecer descabellada. Y, sin embargo, estos es exactamente lo que está haciendo ahora un grupo de investigadores belgas, tal y como recoge el medio New Scientist.
Hay que tener en cuenta que los virus están lejos de ser un grupo monolítico: existen millones de tipos de ellos, todos con características diferentes. No todos provocan enfermedades en los seres humanos, y algunos de ellos, los bacteriófagos, atacan a las bacterias.
Este es el principio en el que se basa la incipiente terapia de fagos (esta es una abreviatura por la que se conoce a los bacteriófagos): en usar a estos virus que no nos dañan para acabar con las bacterias resistentes a los antibióticos.