A los 30 años de edad, Ann sufrió un ictus que la dejó con parálisis severa. Perdió el control de todos los músculos del cuerpo, lo que le impedía incluso respirar. El terrible accidente cerebrovascular se produjo una tarde de manera repentina, por razones que los médicos aún no han conseguido descifrar.

Como cuenta la Universidad de California – San Francisco (Estados Unidos), esta mujer norteamericana pasó los siguientes cinco años yéndose a dormir con miedo de nunca despertar. Hicieron falta incontables sesiones de terapia física para que pudiera mover los músculos faciales lo suficiente como para reír o llorar. Y, aún así, los músculos que la permitían hablar permanecieron inmóviles.

Un sistema que traduce pensamientos

En 2023, el caso de Ann se hizo célebre por su participación en el desarrollo de una revolucionaria interfaz ordenador-cerebro para facilitar su comunicación, a través de un avatar capaz de expresar tanto discurso como expresiones faciales.

Ahora, según anuncia el medio estadounidense US News, ese sistema, aunque es aún experimental, es ya una realidad para ella. Los resultados preliminares de la prueba del dispositivo, la primera vez en seres humanos, se han publicado este lunes en la revista especializada Nature Neuroscience; y describen cómo tras implantarlo en su cerebro mediante cirugía es capaz de transformar su intención de hablar en discurso fluido.

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