Los avances tecnológicos del siglo XXI abren las puertas a un sinfín de hallazgos científicos que en muchas ocasiones resultan del todo inesperados. El cáncer, que en España se cobra anualmente más de 100.000 vidas, es una de las dianas científicas más importantes. Investigadores japoneses han revelado que una sustancia del pegamento infantil funciona como impulsora de fármacos antitumorales.
Un equipo de la Universidad de Tokio centrado en la investigación oncológica es el responsable de este reciente hallazgo. La sustancia en cuestión se denomina alcohol polivinílico (PVA), ingrediente habitual del pegamiento infantil. Al combinarlo con un compuesto que contiene boro, D-BPA, han comprobado cómo mejoraba los efectos de un tipo de radioterapia si lo comparaban con los resultados de otros medicamentos.
En concreto, el PVA hizo que el fármaco fuera más selectivo con las células tumorales y prolongó la retención del fármaco, ayudando así a evitar que las células sanas sufrieran daños innecesarios por radiación. Así lo ha comprobado para el tratamiento de los cánceres de cabeza y cuello con dos circunstancias alentadoras: casos de tumores avanzados y más difíciles de tratar.
Se trata de un tipo de tumor del que en España se diagnostican más de 10.000 nuevos casos anuales, según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM),