El trastorno depresivo mayor es uno de los problemas de salud mental más prevalentes en el mundo entero. Según los datos de la OMS, se estima que afecta a unos 280 millones de personas en todo el mundo.
Una idea muy extendida, y hasta ahora la más aceptada por la comunidad científica, es que la depresión se debe a desequilibrios químicos en el cerebro, y particularmente a niveles excesivamente bajos del neurotransmisor serotonina. De hecho, los medicamentos antidepresivos elevan los niveles de serotonina. Sin embargo, es posible que nos acerquemos a un cambio de paradigma.
Cuestionando viejas ideas
Precisamente, un reciente trabajo de revisión de literatura publicado en el prestigioso medio científico Mollecular Psychiatry ha encontrado que la evidencia que soporta la teoría de los desequilibrios químicos no es en realidad tan sólida como se creía. Y esto tiene implicaciones muy importantes.
Actualmente, las estrategias de tratamiento de la depresión son variadas y sobre todo muy personalizadas, y la psicoterapia suele jugar un papel muy importante en ellas. Pero, además, en los casos de moderados a severos, es común que los especialistas receten antidepresivos (la mayoría de las veces inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina o ISRS)… Uno de cuyos principales efectos, como decíamos, es elevar los niveles de serotonina en el cerebro.