Es una de las sensaciones más molestas que se pueden tener a nivel digestivo. Más aún si nos pasa tras uno de los eventos sociales que se acumulan estas semanas donde abundan las comidas copiosas. Cuando el reflujo se convierte en enfermedad (ERGE), los síntomas se repiten con frecuencia y pueden surgir complicaciones severas. En España disponemos de diversas opciones dietéticas para aminorarlo que pueden reforzarse con el consumo de probióticos.
La acidez y la regurgitación son los signos que identifican al reflujo gástrico. Cuando se trata de una alteración puntual, desaparecerán al cabo de unos días, probablemente tras cambiar la dieta y el estilo de vida que puede estar provocando dicho trastorno. Si se prolonga en el tiempo es conveniente acudir a consulta médica porque puede que el esfínter esofágico inferior se haya debilitado o relajado en exceso, impidiendo así la recuperación del proceso digestivo normal.
Cuál es la acción del probiótico
Los probióticos son suplementos que contienen microorganismos vivos destinados a mantener o mejorar la microbiota, la comunidad bacteriana que se aloja en el tracto gastrointestinal, genitourinario, cavidad oral, ducto nasofaringe, tracto respiratorio y piel, entre otras zonas del cuerpo.
Entre las acciones prioritarias de un probiótico se encuentra facilitar la digestión, proteger el organismo de bacterias nocivas y aliviar precisamente el reflujo gástrico.