Los productos alimentarios que podemos comprar en cualquier supermercado pasan siempre por una exhaustiva cadena de controles sanitarios que garantizan la máxima seguridad sanitaria posible. Esto es vital para nuestro propio bienestar, ya que existen ciertas enfermedades muy serias que se pueden contraer por el consumo de alimentos contaminados, especialmente de origen animal, y más adelante iniciar una cadena de transmisión en humanos.
La tuberculosis bovina, causada por la bacteria Mycobacterium bovis, es un ejemplo claro. Por ello, la mayoría de países tienen estrictas regulaciones sobre los controles veterinarios que deben pasar las reses antes de llegar a la cadena de consumo humano.
¿Cómo se contrae la tuberculosis bovina?
Esta infección, aunque está causada por un patógeno diferente al que causa normalmente la tuberculosis humana (M. tuberculosis) también puede causar una enfermedad severa en humanos, que afecta a los pulmones, los ganglios linfáticos y otras partes del cuerpo. Además, como recoge el Centro de Control de Enfermedades norteamericano (CDC), en algunas personas el cuadro no aparece inmediatamente, sino que permanece latente y puede manifestarse mucho tiempo después.
En la actualidad, la tuberculosis bovina representa un porcentaje pequeño de los casos en humanos, gracias en gran medida a décadas de estrictos controles. Otrora, no obstante,