Cuando encontramos que un alimento como el pan de molde tiene moho, podemos sentirnos tentados de quitar sólo la parte que vemos afectada y aprovechar el resto. Al fin y al cabo, a nadie le gusta malgastar comida.

Sin embargo, por mucha rabia que nos dé, hay varias razones por las que nunca deberíamos hacer esto, sino que deberíamos tirar el pan. Incluso, aunque ello nos obligue a cambiar de planes y buscar un sustituto al sándwich o la tostada que nos estuviésemos preparando.

La parte invisible del moho

Lo primero que hay que tener en cuenta es que deberíamos desterrar la idea de que hay una parte ‘limpia’: una vez que el moho es visible, lo más seguro es asumir que todo el pan está afectado. Para entender por qué debemos remitirnos a la misma morfología del moho, que es un organismo vivo.

Concretamente, el moho es un hongo y por tanto pariente, por ejemplo, de las setas. Las manchas verdes, grises, blancas o negras que vemos son sólo una parte del mismo: bajo ellas, se extiende una compleja red de pequeñas raíces, llamadas hifas, que no se ven a simple vista y que pueden abarcar un área mucho mayor que la parte visible.

Y hay más: las manchas de aspecto peludo que sí percibimos no son cualquier parte del hongo,

 » Leer más