En agosto del año 2020, Moscú anunciaba el registro de su vacuna, la Sputnik V, que ya se distribuye en más de 15 países, los cuales están distribuidos, en su mayoría, en América Latina y Europa del este.
Desde Europa, los ojos también están puestos en esta vacuna, ya que la Comisión Europea informó de que las regiones de la UE pueden comprar vacunas que no forman parte de la estrategia comunitaria de inyecciones, como es el caso de la Sputnik V rusa.
De hecho, países como Alemania han comenzado las negociaciones para adquirir esta vacuna de forma independiente. En el caso de España, el consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero, explicó el pasado martes que negoció con proveedores de la vacuna rusa Sputnik, para alcanzar un «preacuerdo», siempre y cuando la Agencia Europea del Medicamento (EMA) la autorice.
Otros países que ya han aprobado la vacuna rusa son Venezuela, Bolivia, Nicaragua, México, Argentina, Irán, Argelia, Pakistán, Turquía, Hungría, Eslovaquia, Armenia y Vietnam, entre otros. En el caso de Eslovaquia, el segundo país europeo en recibirla, no se han inyectado todavía a la población, a la espera de autorizaciones.
Al igual que sucede con el resto de vacunas, la Sutnik V presenta algunos efectos secundarios en aquellas personas que ya han recibido la primera dosis.