«Cuando el contacto físico en el día a día, caricias, expresiones de afecto disminuyen, o las relaciones sexuales se dan cada vez menos e incluso se evitan, es posible que se esté perdiendo la atracción», esto es lo que nos explica Laura Palomares, psicóloga del centro de Madrid, Avance Psicólogos. La rutina en el día a día, así como la falta de tiempo para dedicárselo a la pareja pueden provocar que la distancia aumente sin darnos apenas cuenta.

En el momento en el que uno se detiene a pensar en esa falta de atracción, de ganas por tener intimidad con la otra persona o de deseo puede que surja la pregunta más común: «¿es que ya no me gusta?». En realidad, esto no tiene por qué ser así. Por ejemplo, cuando finaliza la fase de enamoramiento, entre 6 meses y 1 año aproximadamente, la pasión puede descender sin que por ello nuestra pareja nos deje de gustar. Esto es importante tenerlo presente.

Los factores que influyen en esa falta de atracción hacia la pareja

Laura Palomares nos explica que «la rutina, obligaciones del día a día, la exigencia de los horarios que apenas dejan tiempo para los espacios en común, e ir dejando de hablar de los aspectos más emocionales, casi sin darnos cuenta,

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