Da gusto pasear por la costa en las noches de luna llena, sobre todo si uno está de vacaciones. Y lo del baño en la playa tampoco está nada mal. Pero ojo en esos días: el pez araña acecha.
Mitos y mareas
¿Y que tiene que ver el plenilunio con el pez? ¿No era únicamente cosa del hombre lobo? Bueno, la luna no es solo asunto de licántropos, también le atribuimos paparruchadas tan tontas como su influencia en el crecimiento de las plantas.
Tampoco en las noches de luna llena hay un caos en las maternidades de los hospitales, ya que no nacen más niños, ni los perros muerden más, ni hay más animales enfermos. Este tipo de creencias son sólo cosas… de lunáticos.
Sin embargo, la luna sí tiene influencia en uno de los fenómenos más sorprendentes de la naturaleza: las mareas. Quizá no reparamos en ellas porque ocurren todos los días desde hace milenios, pero no deja de maravillarnos que lo que estaba a la vista hace algo más de seis horas, en la marea baja, aparezca totalmente inundado con la marea alta.
En el océano Atlántico observamos cada día dos mareas altas (o dos mareas bajas) separadas entre sí por un periodo de algo más de 12 horas;