Muy probablemente muchos de nosotros ha vivido un episodio de un ojo enrojecido por encima de lo normal tras un día de cansancio extremo. Lo primero que trasladan los oftalmólogos es que, ante un ojo rojo que no se resuelve de forma espontánea, es importante que un profesional evalúe la situación para evitar complicaciones irreversibles que pueden llevar, en poco tiempo, a la pérdida total de visión.
En el contexto de este tipo de trastorno ocular se sitúa la uveítis, «una forma de inflamación ocular que afecta a la capa media del tejido de la pared ocular, denominada úvea», según explican desde Mayo Clínic. Atentos, pues, a los signos de alarma, puesto que suelen aparecer de forma abrupta en forma de enrojecimiento, dolor y visión borrosa, e ir empeorando con mucha rapidez.
Qué es la úvea del ojo y cuáles sus alteraciones posibles
Antes de especificar las causas y desarrollo de la uveítis es importante saber qué es la úvea y cómo ‘funciona’ en la visión, algo que los expertos de Mayo Clínic aclaran: «La úvea consta de estructuras oculares debajo de la parte blanca del ojo (esclerótica). Tiene tres partes: el iris, que es la parte con color del ojo; el cuerpo ciliar, que es la estructura ocular que segrega el líquido transparente dentro de la parte frontal del ojo;