Existen infinidad de enfermedades consideradas ‘raras’ por su escasa prevalencia, su origen incierto y su dificultoso tratamiento, entre las que se encuentra la acalasia, poco común en España, que se produce como trastorno esofágico crónico que afecta al correcto funcionamiento del esófago, el tubo que conecta la boca con el estómago.
En circunstancias normales, los músculos del esófago se contraen y se relajan con el objetivo de permitir la deglución de los alimentos hasta llegar al estómago. Cuando un paciente tiene acalasia esofágica, esos mismos músculos no se relajan como deberían, por lo que se provocan molestias y dificultades serias a la hora de tragar. El tratamiento pasa por un diagnóstico personalizado.
Por qué se produce la acalasia
Esta enfermedad esofágica, especialmente presente en personas con trastornos alérgicos, se desencadena al producirse un daño en los nervios de la garganta, que provoca que los músculos del esófago no sean capaces de ‘empujar’ los alimentos para que continúen su camino y lleguen hasta el estómago, atravesando el sistema digestivo. ¿Qué pasa entonces? Como explican los expertos de Clínica Mayo, «la comida se acumula en el esófago, pudiendo fermentar, y regresando después a la boca con sabor amargo».
Esta enfermedad resulta bastante inusual en cuanto a incidencia, y en muchos casos podría confundirse con el reflujo gastroesofágico,