Con la llegada del verano y las altas temperaturas en España, muchos aprovechan para pasar el día en la playa, el río o la piscina. Si planeas llevar comida en estos paseos, es fundamental extremar las precauciones para evitar intoxicaciones alimentarias. Las bacterias que causan enfermedades transmitidas por alimentos crecen rápidamente a temperaturas entre 5 °C y 45 °C, conocida como la «zona de peligro».
Según Eroski Consumer, en España «suele haber un exceso de confianza» al llevar comida a la playa, pensando que dejarla a la sombra durante unas horas es suficiente para mantenerla fresca y segura. Sin embargo, a la sombra el termómetro puede alcanzar fácilmente los 25-30 °C en verano en gran parte de España, temperaturas ideales para el desarrollo de bacterias patógenas como Salmonella o E. coli, que pueden duplicar su número cada 15-20 minutos.
Además, confiar en nuestros sentidos para detectar alimentos en mal estado no siempre es fiable, ya que las bacterias patógenas muchas veces no alteran el aspecto, olor o sabor de la comida. Por otro lado, algunos alimentos son más delicados que otros y se estropean con más facilidad, como los pasteles de nata en comparación con el jamón curado.
Precauciones al llevar comida a la playa
Para reducir los riesgos de intoxicación alimentaria al comer en la playa,