La pubertad es el periodo transitorio entre la infancia y la adultez, un lapso de tiempo de unos tres años en el que, tanto niños como niñas empiezan a madurar sexualmente. Lo habitual es que comienza alrededor de los 10 años en las niñas, pero se considera normal que empiece a tener lugar entre los 8 y los 13. Si a los 13 años una niña no ha manifestado ningún signo de inicio de la pubertad, algo que ocurre en alrededor del 3% de los casos, estaríamos hablando de pubertad tardía o retraso puberal. Esto puede ocurrir simplemente por motivos naturales, es decir, que simplemente, generalmente por herencia, madure más tarde, o puede estar causada por una serie de patologías a las que habrá que prestar atención.

La pubertad empieza a tener lugar en el cerebro, cuando la hipófisis empieza a producir dos hormonas: la hormona luteinizante y la folitropina, que hacen que los ovarios se agranden y comiencen a producir estrógenos. A partir de la secreción empiezan a producirse diversos cambios en el cuerpo de la niña: aparecen el desarrollo sexual (botón mamario o telarquia, vello púbico y en las axilas, primera regla al final de proceso…), estirón puberal, redistribución de la grasa y aumento del tejido adiposo, madurez psicológica, etc.

Si el inicio de este proceso no se ha iniciado a los 13 años,

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