Nuestro organismo está constantemente llevando a cabo una serie de procesos a nivel químico y celular para mantener nuestra temperatura corporal. Como resultado, en ocasiones puede que diferentes partes de nuestra anatomía muestren temperaturas diferentes.

Por ejemplo, las manos frías en un momento determinado suelen ser una señal de que tu cuerpo está intentando mantener una temperatura corporal normal. Sin embargo, si siempre están frías, podemos encontrarnos ante un síntoma de diferentes problemas.

Diabetes, lupus, esclerodermia…

Por ejemplo, señala la Clínica Mayo estadounidense, las manos frías pueden ser un síntoma de anemia, una condición en la que la persona carece de suficientes glóbulos rojos sanos como para transportar un nivel adecuado de oxígeno a los tejidos.

En otros casos podría ser un signo temprano de la enfermedad de Buerger, un problema estrechamente ligado al tabaquismo que produce la inflamación de los vasos sanguíneos, llegando a formar trombos que pueden provocar gangrena en partes de las extremidades.

La diabetes, una patología relacionada con el control de los niveles de azúcar en sangre, también puede provocar que las manos estén frías, como sucede en el lupus (enfermedad autoinmune que afecta a varios tejidos) o la esclerodermia (crecimiento anormal del tejido conectivo).

Síndrome de Raynaud, un problema común pero leve

Aún así,

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