Que levante la mano quien nunca haya sentido que se le duerme un pie. El adormecimiento de los pies, suele deberse a la postura, por compresión de algún nervio, aunque de forma menos habitual puede ser por causas vasculares, o neurológicas. Incluso un zapato muy apretado o estrecho puede causar esta compresión de alguna raíz nerviosa, y provocar el adormecimiento, o al menos la sensación de hormigueo o entumecimiento.
Este adormecimiento, que se conoce como ‘parestesia’, por causa postural de los pies, suele tener una duración temporal que desaparece en cuestión de unos minutos. Se trata, pues, de una especie de señal que nos advierte de que deberíamos cambiar de postura.
El hormigueo por causa postural puede aparecer al sentarse en el suelo y poner un pie sobre el glúteo, o al cruzar una pierna sobre otra. Normalmente, la persona es consciente de la postura adoptada, pero otras veces puede aparecer durante el sueño. Lo suyo es que, al recuperar la posición natural del cuerpo y mover los pies o masajearlos, este adormecimiento desaparezca.
Cuando no es así, tenemos un problema más serio que vamos a aprender a identificar de la mano del doctor Carlos Bastida Calvo, responsable del Grupo de Trabajo de Aparato Locomotor de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).