Son muchos los jóvenes o, incluso, personas ya adultas que sufren acné o que, en alguna ocasión, presentan granos o espinillas en el rostro como consecuencia de un exceso de sebo o grasa en la piel.
Los granos se forman como consecuencia del bloqueo e infección de las glándulas sebáceas que hay sobre los folículos pilosos o poros de la piel. Los granos que aparecen fundamentalmente en la cara se ven y son antiestéticos, por lo que mucha gente opta por explotarlos, algo que no es muy recomendable.
Los granos y las espinillas contienen pus, bacterias o piel muerta, entre otros, dependiendo del tipo de grano, ya que no son lo mismo los puntos negros que los puntos blancos o las pústulas.
Cuando estos granos se tocan y se explotan, las bacterias que contiene se pueden extender a otras zonas de la piel, además de aumentar la infección y la inflamación del propio grano, dando lugar a heridas que luego pueden ocasionar cicatrices permanentes, es decir, que se pueden quedar marcas en la piel que van a perdurar en el tiempo mucho más que el grano.
Una vez explicado el motivo por el que no es conveniente, de ninguna manera, explotar los granos, hay que seguir una serie de recomendaciones en el cuidado de este tipo de pieles propensas a presentar acné, como las que indica Dermatología.cat: