La piel tiene una función que es la de protegernos frente a golpes, fricciones y demás agresiones externas. Con el paso del tiempo, no solo las arrugas aparecen, sino que la piel se vuelve más fina y vulnerable. El riesgo de lesiones cutáneas en personas mayores es un tema del que no se habla demasiado. Sin embargo, su abordaje es necesario.

¿Qué ocurre en la piel con la edad?

El artículo Envejecimiento cutáneo y dermatoporosis explica que la pérdida del ácido hialurónico en la piel provoca que esta pierda elasticidad y empiece a experimentar una mayor sequedad. Esto favorece la aparición de grietas, sensibilidad o irritaciones.

Como especifican, existe «una fragilidad cutánea exagerada presentando erosiones dérmicas». La aparición de úlceras hace que el diagnóstico sea claro: dermatoporosis. Pero, no todas las personas mayores sufren un deterioro tan acusado de su piel y, menos, este tipo de afección. A pesar de esto, el riesgo de lesiones cutáneas sigue estando ahí.

Además de todo esto, en una revisión, Geriatría y dermatología: revisión de la literatura, mencionan la disminución de la formación de vasos sanguíneos (angiogénesis), la alteración de la función inmunológica cutánea y la sudoración, que a estas edades es menor, como factores de riesgo de las lesiones cutáneas en personas mayores.

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