Psicología y comunicación no verbal Lo que no nos cuentan por Alicia Martos
La lluvia puede ser la musa del arte. El elemento natural que invita a replegarse, favorece la introspección e hipnotiza nuestro sentido de la vista. Pero el desierto es bello y vive sin lluvia, que decía el afamado fotógrafo Paul Johns.
La lluvia es ese fenómeno meteorológico que puede ser tan acogedor como melancólico, lo cierto es que impacta de forma notable en nuestro estado de ánimo. A lo largo de la historia, se ha asociado con sentimientos de tristeza y reflexión, pero, ¿por qué nos afecta tanto cuando el cielo se empeña en regalarnos días grises y lluviosos?
1. Reducción de la luz solar
La exposición a la luz solar influye positivamente en la producción de serotonina, un neurotransmisor que promueve sensaciones de bienestar y felicidad. En días lluviosos, la menor cantidad de luz solar puede dar lugar a niveles más bajos de esta hormona, lo que potencialmente contribuye a sensaciones de tristeza o letargo.
2. Cambios en la rutina y disminución de la actividad física
La lluvia puede alterar nuestros hábitos, limitando actividades al aire libre como caminar o hacer ejercicio, que son formas naturales de liberar endorfinas,