Son muchos los que están teniendo problemas para dormir bien estos días. El confinamiento es una experiencia atípica y más si lo rodea la tensión y la ansiedad que crea la existencia de una amenaza, el Covid-19. Pero dormir bien es básico; tanto como beber agua, alimentarse bien o hacer algo de ejercicio.

Cuando se duerme mal o poco, los procesos metabólicos responsables de digerir los alimentos y convertirlos en energía no se realizan de manera correcta, ya que este proceso suele realizarse en segundo plano y es durante el sueño cuando el cuerpo metaboliza en buena parte los alimentos.

Para mantener el apetito a raya entran en juego dos hormonas: la leptina (dice al cerebro que se está saciado) y la ghrelina (le dice que tienes hambre). Un estudio establece que en los trasnochadores, los niveles de ghrelina se suelen disparar.

Además, está demostrado que la privación de sueño provoca que optemos por consumir más alimentos ricos en grasas y altos en calorías.

Estudios científicos han visto que nuestras células T disminuyen si no tenemos un sueño reparador. Además, aumentan las citocinas pro-inflamatorias, lo que podría potencialmente conducir a un mayor riesgo de desarrollar un resfriado o gripe.

El sueño, ha visto ahora la ciencia, es un elemento esencial a la hora de vaciar los residuos que se acumulan en el cerebro durante el día. Nos bombardea todo tipo de información sensorial y la mayoría no lo usamos. El cerebro utiliza el estado de reposo para exportar el líquido cefalorraquídeo no utilizado, a través del torrente sanguíneo, al hígado, donde puede ser procesado como desecho.

No dormir lo suficiente impide que este proceso ocurra. Los materiales de desecho se acumulan y el cerebro tiene problemas para determinar qué recuerdos son los ‘válidos’. Esto se ve, por ejemplo, en los estudiantes que se exceden en las horas de estudio en las épocas de exámenes.

Estudios recientes han observado que los problemas crónicos de sueño pueden aumentar el riesgo de tener problemas más adelante para realizar actividades cotidianas del día a día, como ducharse, cocinar o vestirse.

Para evitar todo lo dicho, toma nota de las recomendaciones que da la Asociación Española del Sueño:

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