La Fundación Española del Corazón afirma que el consumo de ácidos grasos poliinsaturados omega-3 a través de la dieta contribuye a mantener los niveles normales de colesterol en sangre. Existen diferentes aportes, tanto en las nueces y determinados aceites vegetales, como en verduras de hoja verde como las espinacas. Otro tipo de omega-3 básico está presente en los pescados azules como el atún, el bonito, el salmón, la sardina o el jurel.
Al ingerir con nuestra alimentación diaria las dosis necesarias de omega-3, esos ácidos grasos que no produce nuestro cuerpo por sí mismo se incorporan de forma natural a diferentes procesos fisiológicos, distribuyéndose a través de todas las células del organismo, modificando la composición y la función de la membrana plasmática de las mismas. De todos los pescados que aportan grandes dosis de omega-3, hay uno especialmente rico en él: la caballa (2,67 gramos por cada 100 gramos, más incluso que el salmón).
Cómo reducir el colesterol con los pescados azules
Como explican desde Mayo Clínic, el pescado graso tiene altos niveles de ácidos grasos omega-3, que pueden reducir los triglicéridos, un tipo de grasa que se encuentra en la sangre, así como reducir la presión arterial y el riesgo de que se formen coágulos sanguíneos. En las personas que ya han tenido ataques cardíacos,