Uno de los desafíos más habituales cuando se trata de adelgazar es subestimar la importancia de salir a caminar de forma adecuada. Para que esta actividad tenga un impacto real en la pérdida de peso, es fundamental caminar lo suficiente como para crear un déficit calórico. De acuerdo con una publicación de Eat This Not That, es clave realizar al menos 150 minutos de actividad física moderada o 75 minutos de ejercicio intenso a la semana.
Otro error recurrente es mantener siempre el mismo nivel de esfuerzo durante las caminatas, ya que incrementar la intensidad es esencial para ver mejoras. Esto puede lograrse de diferentes maneras, como usar un chaleco con peso, caminar en pendientes o terrenos irregulares o alternar entre caminar rápido y más despacio.
Un aspecto que suele pasarse por alto es la hidratación. La falta de agua puede provocar fatiga y afectar el rendimiento, por lo que es esencial beber antes, durante y después de las caminatas. Además, muchas personas ignoran la importancia de preparar el cuerpo antes de caminar y relajarse después. Iniciar la caminata con un calentamiento adecuado y finalizar con un enfriamiento ayuda a prevenir lesiones.
La alimentación también juega un papel fundamental en el proceso de pérdida de peso. No basta con caminar si no se acompaña de una dieta equilibrada.