Un equipo internacional de investigadores liderado por el Instituto de Biología Evolutiva de Barcelona ha anunciado un curioso descubrimiento: que las personas con ascendencia genética americana y europea tienen una mayor probabilidad de experimentar efectos adversos con una amplia gama de fármacos.
Ya se conocían algunos casos particulares en los que esto sucedía. Por ejemplo, notablemente, el metamizol (Nolotil) está prohibido en países como Reino Unido, Estados Unidos o Australia debido a que las poblaciones procedentes de Escandinavia, Irlanda y Reino Unido tienen mayor probabilidad de sufrir una complicación conocida como agranulocitosis o neutropenia. Lo que distingue este trabajo, sin embargo, es la amplia variedad de fármacos estudiados y la escala global de los datos empleados.
Una de las principales causas de muerte
Los seres humanos (Homo sapiens sapiens) compartimos más del 99,9% de nuestro genoma, como recoge una noticia publicada por la Agencia Sinc. Esa pequeña diferencia es suficiente para explicar toda la variedad de rasgos que nos distinguen como individuos biológicos, incluyendo cosas como el color de ojos o cabello, o el riesgo de padecer determinadas enfermedades. También en la forma que reaccionamos a los medicamentos; como ejemplo, las personas con deficiencia del gen G6PD pueden sufrir fatiga o dolores abdominales si toman aspirina.