Los niveles elevados de colesterol en la sangre y la hipertensión arterial se consideran desde hace tiempo dos factores de riesgo del estilo de vida (y, por tanto, modificables) en el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas como la demencia (cuya forma más común es el alzhéimer). Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista científica JAMA Network Open ha encontrado que también los niveles elevados de colesterol HDL (el llamdo ‘colesterol bueno’) y la hipertensión sistólica se relacionan con un mayor riesgo de padecer alzhéimer.

Un exceso de ‘colesterol bueno’

El colesterol HDL, o de lipoproteínas de alta densidad, es una grasa natural producida por nuestro cuerpo que ayuda a eliminar las placas (acumulaciones) de colesterol LDL (colesterol de lipiproteínas de baja densidad o colesterol ‘malo’) de los vasos sanguíneos. Pese a lo que su nombre coloquial podría sugerir, un exceso de este tipo de colesterol en nuestra sangre podría de hecho resultar dañino para el organismo.

Por ejemplo, en el pasado se han asociado los valores excesivos de este colesterol en la sangre con marcadores aumentados de inflamación, con daños cardíacos y con una mayor mortalidad por cualquier causa en los hombres.

Hipertensión sistólica

Por otra parte, la tensión sanguínea hace referencia a la presión a la que se encuentra la sangre en el interior de nuestros vasos sanguíneos (y,

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