Las personas tenemos diferentes necesidades nutricionales en función de muchos factores distintos, entre ellos el momento de la vida en el que nos encontramos. Teniendo esto en cuenta, puede ser complicado decidir el menú de los más pequeños, especialmente cuando ellos muchas veces no van a preferir opciones menos sanas y equilibradas.

Para ello, los expertos de la Universidad de Harvard han elaborado una guía nutricional en la que ofrecen algunas pistas sobre cómo asegurarnos de que los niños mantienen una alimentación saludable.

Encontrar un equilibrio

La clave, al final, está en encontrar un equilibrio entre las diferentes categorías de alimentos. Para ello, lo mejor es prestar atención a las proporciones de cada grupo que incluimos en cada comida.

Según la universidad, lo ideal sería que cada día el 50% del plato estuviera compuesto por vegetales y frutas de todos los colores posibles (que, además, también deberían copar los distintos snacks que el niño consume a lo largo del día, como la merienda o el almuerzo). Las patatas no se incluirían en esta categoría.

La otra mitad, a su vez, debería estar compuesta por granos enteros y fuentes saludables de proteínas. Con granos enteros, nos referimos a granos integrales como trigo, arroz o quinoa, mucho más saludables que sus equivalentes refinados.

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