Las madres con depresión que dan el pecho a sus hijos mejoran el estado de ánimo, la neuroprotección y el contacto de forma mutua, según un estudio de la Facultad de Ciencias Charles E. Schmidt de la Universidad Atlántica de Florida (UAF), en Estados Unidos, que buscaba profundizar en el vínculo de estas mujeres con sus hijos.
Concretamente, 1 de cada 9 madres sufre depresión materna, lo que puede afectar al vínculo materno-infantil y al desarrollo del bebé. Si bien es cierto que el tacto desempeña un papel importante en el desarrollo socioemocional del bebé, las madres deprimidas son menos propensas a proporcionar caricias tranquilizadoras a sus bebés, les resulta más difícil detectar cambios en las expresiones faciales y suelen tener más problemas para regular sus propias emociones.
Además, los bebés de mujeres deprimidas presentan patrones de funcionamiento cerebral similares a los de sus madres, que también están relacionados con las características del humor, por lo que corren un alto riesgo de tener una interacción social atípica y potencialmente desregulada.
Así las cosas, el estudio examinó la relación madre-hijo en desarrollo, estudiando el método de alimentación (lactancia materna frente a alimentación con biberón) y los patrones de contacto afectivo en parejas madre-hijo deprimidas y no deprimidas. Al mismo tiempo, analizaron la actividad del electroencefalograma (EEG) del bebé durante el desarrollo.