El pronóstico de ciertas enfermedades graves, como muchos tipos de cáncer, mejora sensiblemente si se detectan tempranamente. Por ello, en determinados casos es muy aconsejable someterse a exámenes preventivos de manera más o menos rutinaria, especialmente si se existe algún factor que eleve el riesgo de padecer dicha enfermedad.
No obstante, y tal y como es lógico, someterse a pruebas periódicas aumenta el riesgo de llevarse algún susto en la forma de un falso positivo. Se trata de algo normal y que no es grave (comprobaciones posteriores suelen descartarlo), pero que hay que tener en cuenta.
Un riesgo mayor para las mujeres jóvenes
El riesgo de falso positivo puede llegar a ser considerable. Por ejemplo, una investigación llevada a cabo por científicos de la Universidad de California cuyos resultados se han publicado en el medio especializado JAMA Network Open ha encontrado que hasta un 50% de todas las mujeres que se realizan mamografías 3D anualmente obtiene un falso positivo en el plazo de una década.
A estos efectos, definimos el falso positivo en una tomosíntesis digital de seno (nombre técnico de la prueba) como aquel caso en el que la imagen es considerada anormal, pero pruebas posteriores descartan que exista un cáncer de mama.
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