MERCEDES BORJA

Lactancia, amamantamiento, bebé, lactante

Unicef ha impulsado estos días la Semana Mundial de la Lactancia Materna junto a organismos como la Alianza Mundial pro Lactancia Materna y la OMS, que la celebran cada año en más de 120 países para concienciar sobre los beneficios de este tipo de alimentación en bebés y niños.

Necesitaríamos varios artículos para enumerar todos los beneficios probados de la lactancia materna –o mejor dicho, los daños de no amamantar–, pues cada vez que se realiza un estudio encuentran nuevas bondades de este tipo de alimentación.

La lactancia materna estimula el desarrollo del sistema inmunológico, protege frente a infecciones, previene alergias, disminuye el riesgo de padecer obesidad, reduce las posibilidades de contraer cáncer de mama y osteoporosis en las madres… y un etcétera tan largo que Carlos González, reconocido pediatra experto en lactancia, asegura en su libro Un Regalo Para Toda al Vida que «si existiese una vacuna con los beneficios de la lactancia materna, los padres pagarían lo que fuera por tenerla».

Sin embargo, a pesar de todos los esfuerzos de concienciación y de todos los beneficios probados de la lactancia materna frente a la artificial, el porcentaje de mujeres que optan por la lactancia y la mantienen según las recomendaciones de la OMS es muy bajo.

En España, por ejemplo, aunque la mayoría de las madres empiecen a amamantar, más del 60% –según datos de The global Breastfeeding Initiative– la abandona en los primeros meses y solo el 28,5% continua a los 6 meses, cuando la OMS recomienda la lactancia materna exclusiva hasta este período de tiempo y prolongarla hasta, al menos, los dos años de edad.

Los mitos más extendidos

El principal motivo para abandonar la lactancia materna es la vuelta al trabajo, pero no menos importantes son una serie de barreras y mitos a las que se enfrentan incluso las madres a las que les gustaría continuar amamantando más tiempo,

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