La dieta mediterránea, incluida en 2010 en el Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, es uno de los patrones alimentarios y más equilibrados y saludables del mundo. A parte, la adhesión a este patrón dietético es alta a largo plazo por la variedad de alimentos y riqueza en grasas de origen vegetal.Numerosos estudios han puesto de manifiesto los beneficios de este tipo de dieta en la promoción de la salud y la prevención de enfermedades como los trastornos cardiovasculares, la diabetes o el cáncer. Pero la dieta mediterránea no beneficia a todos por igual. La clave es el tirosol, un antioxidante natural.Un estudio encabezado por expertos del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) muestra que nuestra variabilidad genética influye en la forma en la que nuestro organismo aprovecha los potenciales beneficios de la dieta mediterránea.La investigación, que publica la revista Free Radical Biology and Medicine, ha consistido en administrar a un grupo de personas en alto riesgo de sufrir una enfermedad coronaria un antioxidante natural presente en diversos alimentos de la dieta mediterránea: el tirosol. Además, han analizado cómo la genética de los participantes influye en su capacidad para lograr el máximo provecho.El tirosol es un fenol, un compuesto orgánico aromático, que está presente de forma natural en el aceite de oliva, el vino o la cerveza. Esta substancia tiene una capacidad antioxidante limitada, pero al ser ingerida se transforma en el organismo en hidroxitirosol, con un potente efecto antioxidante.Lo que se observó es que no todo el mundo se beneficia de él de la misma manera. En uno de cada tres participantes no se observaban los efectos beneficiosos esperados, dado que su organismo y metabolismo no eran suficientemente eficientes en este proceso y no lograban casi ningún provecho.Esto se debe a la presencia de determinadas mutaciones genéticas que afecten a su capacidad para convertir el tirosol en hidroxitirosol. Estas mutaciones afectan a un conjunto de genes (CYP2D6 y CYP2A6) especializados en regular el metabolismo de fármacos y otros compuestos ajenos al organismo y facilitar la excreción del cuerpo.Anna Boronat, investigadora de Farmacología Integrada y Neurociencia de Sistemas del IMIM y primera firmante del estudio, apunta a SINC que estos resultados explican “uno de los mecanismos por los cuales un micronutriente de la dieta mediterránea hace su efecto”.