La desconfianza hacia las vacunas tiene mucho que ver con el aumento del populismo, según un estudio
EUROPA PRESS
- Según estudio de la Universidad Queen Mary Londres, publicado en el ‘European Journal of Public Health’.
- Facebook e Instagram eliminarán anuncios y ocultarán publicaciones con información ‘antivacunas’.
- En España puede haber 150.000 niños sin vacunar por decisión de sus padres.
¿La naciente desconfianza hacia las vacunas tiene que ver con el aumento del populismo? Una nueva investigación realizada por la Universidad Queen Mary de Londres (Reino Unido) ha revelado que sí, que existe una asociación “significativa” entre el auge del populismo en toda Europa y el creciente nivel de desconfianza en torno a las vacunas.
El autor principal del estudio, el doctor Jonathan Kennedy explica que “parece probable que el populismo científico sea impulsado por sentimientos similares al populismo político, por ejemplo, una profunda desconfianza hacia las élites y los expertos por parte de la población marginada y desposeída. Incluso cuando los programas mejoran objetivamente la salud, las comunidades que no confían en élites y expertos pueden verlos bajo sospecha”. En el caso de las vacunas, explica, “la desconfianza se centra en los expertos de salud pública y las compañías farmacéuticas”.
El estudio, publicado en el European Journal of Public Health, analizó los datos a nivel nacional de 14 países europeos. Estos datos incluyeron el porcentaje de personas en un país que votaron por los partidos populistas en las elecciones al Parlamento Europeo de 2014 y el porcentaje de personas en un país que creen que las vacunas no son importantes, seguras y/o eficaces, según los datos del Proyecto de Confianza en las Vacunas de 2015.
El análisis encontró una asociación positiva altamente significativa entre el porcentaje de personas en cada país que votó por los partidos populistas y el porcentaje que cree que las vacunas no son importantes ni efectivas. Kennedy escribe que la desconfianza en la vacuna moderna generalmente se remonta al artículo en The Lancet de Andrew Wakefield en 1998, que afirmaba un vínculo entre la vacunación con el sarampión, las paperas y la rubéola (triple vírica) y el autismo.
Aunque Wakefield fue excluido del registro médico del Reino Unido y el estudio retirado de la prestigiosa revista, sus ideas siguen siendo influyentes y se citan como una razón por la cual los casos de sarampión han aumentado en Europa en los últimos años.