La convivencia entre progenitores e hijos adultos es un hecho frecuente tanto en España como en otros países europeos. Según datos de Eurostat (2023), la media de edad a la que los hijos abandonan el hogar familiar en España se sitúa en torno a los 30 años, similar a otros países del sur de Europa.
Además, en los últimos años, y especialmente debido a la crisis del coste de la vida y el incremento del precio de la vivienda, también se observa con preocupación en muchos países el fenómeno llamado hijos boomerang, jóvenes que abandonan el hogar familiar pero retornan a él en una fecha posterior.
En términos generales, la proporción de jóvenes en edades de 25 a 34 años que conviven con sus padres se cifra en torno al 40 % en el sur de Europa (cifra, por otro lado, considerablemente superior a la de los países del norte).
¿Cómo afecta a las familias la situación de sus hijos?
Las dificultades de los jóvenes para establecer su vida de forma independiente reciben bastante atención desde los medios de comunicación, opinión pública y esfera política. Desde nuestro punto de vista, dada la prevalencia de este tipo de convivencia entre generaciones, también parece necesario estudiar el impacto que ésta tiene sobre el bienestar de los progenitores.