La ansiedad es una respuesta completamente normal que los seres humanos tenemos desde pequeños ante la presencia de un peligro. Los niños suelen tener ciertos miedos que desde la Asociación Española de Pediatría (AEPED) consideran normales. Por ejemplo, el miedo a separarse de sus padres al empezar en el colegio, a las tormentas, a la oscuridad o a los ruidos fuertes.
El problema surge cuando la ansiedad en niños dura demasiado tiempo y empieza a ser demasiado intensa. Esto no es positivo para ellos, ya que en la edad adulta esta ansiedad puede desencadenar problemas de depresión. Por eso, para evitar que esto ocurra, detectarla a tiempo es fundamental.
Una de las alertas que pueden permitir detectar la ansiedad en niños es la inseguridad. Esto lo pueden manifestar mordiéndose las uñas, sufriendo mucho miedo y angustia en situaciones en las que esto no debería de suceder, mostrándose inquietos… Pero, también puede haber un exceso de rigidez.
No es normal que los niños estén preocupados por llegar tarde a una clase o que sean muy poco flexibles con la forma en la que se hacen las cosas. Cuando esto se detecta, es muy probable que estemos ante un Trastorno de Ansiedad Generalizada que afecta hasta al 21% de los niños, según la AEPAP.