Si eres de los que no pueden evitar soltar alguna lágrima ante la perspectiva de ir al médico, puede que pronto esa aprensión te resulte útil. Y es que parece ser que el análisis de las lágrimas podría convertirse pronto en una prueba diagnóstica capaz de revelar múltiples dolencias.

Un test sensible a partir de una muestra mínima

Así lo explica un grupo de científicos adscritos a la American Chemical Society en el boletín científico de la entidad, en un artículo en el que detallan los pormenores de un sistema de nanomembranas capaz de cosechar y purificar unas pequeñas partículas, llamadas exosomas, de una muestra de lágrimas humanas. El análisis posterior de esos exosomas podría revelar la presencia de numerosos biomarcadores de diversas condiciones clínicas.

El método pretende mejorar, especialmente, la detección temprana de enfermedades; estadios en los que el diagnóstico a partir de los síntomas es difícil o imposible y en el que los análisis de muestras biológicas son lentos y requieren la extracción de un volumen considerable.

Sencillamente, consiste en la filtración de la muestra de lágrimas, de bajo volumen, a través de varias nanomembranas con un flujo de presión oscilante. Así, se logra separar proteínas procedentes de los exosomas, que después pueden ser señalizadas con marcadores fluorescentes y transferidas a otros instrumentos para análisis ulterior.

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