Ildefonso Falcones, fotografiado en Madrid. B. P.

En el frontis de El pintor de almas, el autor dedica el libro a los enfermos de cáncer y a quienes tienen que “cuidarlos y aguantarlos”. Falcones fue diagnosticado de la enfermedad durante el proceso de escritura, que compaginó con los duros tratamientos y sus secuelas. Nos vimos hace un par de semanas en los salones de un lujoso hotel de Madrid. Pese a conocer sus circunstancias, choca de primeras su aspecto, bastante más frágil que en las fotos; y su voz, bastante más reposada que la usualmente entusiasta cháchara del autor en promoción tipo. Quizá es que la bolsa y la vida adquieren otra dimensión en su caso.

Ildefonso Falcones: con ese nombre, uno está predestinado a algo épico. O lírico.

Estaba predestinado a sufrirlo. Es peor: me llamo Ildefonso María Falcones de Sierra. El profesor me nombraba y mis compañeros me miraban mal. A partir de ahí, mi vida ha sido intentar triunfar.

¿Desde su tierna infancia?

Bueno, fui deportista, jinete, y ahí quería ser el primero. El segundo es el primer perdedor. Después, como abogado, tienes que ganar pleitos, sentencias. Todo eso es tener éxito, triunfar.

¿Lo logró? Triunfar, digo.

Bueno, ahora lo que pretendo es llegar al mayor público posible. Eso es el éxito en la novela.

Eso dicen todos los best-sellers.

Buscavidas

Así, como muchos de sus personajes, se ve Ildefonso Falcones (Barcelona, 60 años), vendedor de diez millones de libros desde La catedral del mar. Ahora presenta El pintor de almas (Grijalbo), un relato ambientado en la Barcelona modernista. Hacienda le reclama “injustamente” 4,5 millones de euros“. Pero ahora su principal batalla es contra el cáncer.

Es que sigo queriendo ser un best-seller, aunque aún hay gente que me pregunta si no quiero ser literario antes que comercial.

¿Cree que lo literario no puede ser comercial,

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