Además de una limpieza facial diaria (más efectiva con un cepillo eléctrico de silicona), sabemos que lucir una piel radiante requiere de hidratación y de ciertos cuidados que la mantengan libre de imperfecciones, de suciedad y la alejen de los efectos del envejecimiento prematuro y de la contaminación. Para ello, además de incluir en nuestra rutina un protector solar, debemos dar con la hidratante adecuada para nuestra piel. Para ello, debemos tener en cuenta varias consideraciones, empezando por el tipo de dermis. Así, si tenemos un rostro áspero y con sensación de tirantez, estamos ante una piel seca, mientras que, si los poros se marcan en exceso y aparecen brillos, se tratará de una grasa. También existe la posibilidad de tener una dermis mixta, donde la zona T (frente, nariz, mentón) es más grasa que el resto.
Para tratarlas, los compuestos a base de retinol, vitamina A y ácido glicólico son la mejor opción para las secas, mientras que las grasas necesitan textura en gel, vitamina C y E. Por su parte, las mixtas, deben optar por cosméticos nutritivos, ligeros, sedosos y ricos en vitaminas A, C y E. Otro aspecto importante es la edad, puesto que conforme avanzan los años, las necesidades son distintas. Hasta los 25 años basta con un tratamiento hidratante diario.