Marcos Llorente, jugador del Atlético de Madrid, ya ha causado furor en las redes sociales por sus particulares rutinas de salud en más de una ocasión. Por ejemplo, hace sólo unos meses predicaba las bondades de exponerse semidesnudo al frío extremo; también, el verano pasado, defendía que la exposición prolongada a la radiación solar sin protección es segura y deseable, a pesar de toda la evidencia científica que ha demostrado que se asocia con un mayor riesgo de padecer cáncer de piel.
En esta ocasión, ha vuelto a ponerse de actualidad por una práctica quizás más inofensiva, pero cuyos beneficios reales son cuanto menos discutibles. Se trata del grounding, una técnica pseudoterapéutica que consiste en caminar descalzo por superficies como el césped o la tierra.
La conexión a tierra, un concepto de electrotecnia
La idea detrás del grounding es que, al entrar en contacto nuestra piel con la tierra, la carga eléctrica de nuestro cuerpo se equilibra, lo que supuestamente podría ayudar a reducir la inflamación y los problemas del estado de ánimo entre otras muchas cosas.
Aunque el grounding (que en castellano se llama ‘conexión a tierra’) es un fenómeno bien estudiado por la física y fundamental en la electrónica,