Cocinar los alimentos correctamente no sólo es fundamental para lograr el mejor sabor y textura, sino que también es vital para poder consumirlos de forma segura. Al fin y al cabo, se trata de materia orgánica que es susceptible de ser infectada por diversos microorganismos.

A este respecto, no todas las materias primas conllevan los mismos riesgos: hay algunos con los que hay que ser especialmente cuidadosos, como es el caso de las carnes de res, cerdo o cordero y las carnes de ave.

¿A qué temperatura hay que cocinar la carne?

Cuando se trate de carne fresca de res, cordero o cerdo (hay que hacer una distinción entre carnes frescas y procesadas, como ahora veremos), el objetivo, como explica la FDA (Food and Drug Administration) estadounidense, es que la pieza alcance una temperatura interna de 62,8 grados y la mantenga durante al menos 3 minutos. El modo en el que la cocinaremos en el horno para lograr esto, no obstante, va a depender de la pieza completa.

Así, por ejemplo, un costillar de res con hueso puede requerir entre 28 y 33 minutos a 163 grados; un lomo entero del mismo animal, entre 45 y 60 minutos a 220 grados; un cuarto trasero, entre30 y 35 minutos a 163º,

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