La oxitocina, conocida popularmente como la ‘hormona del amor’, tiene un impacto significativo en el bienestar general de las personas en España y en todo el mundo. Más allá de su asociación con los vínculos emocionales, investigaciones recientes han revelado su papel crucial en procesos fisiológicos y cognitivos.

Según los expertos, la oxitocina desempeña un papel clave en las relaciones íntimas. Durante las relaciones sexuales, se libera esta hormona, que actúa sobre los sistemas del cerebro relacionados con el refuerzo positivo y el placer. Esto incrementa la complicidad, el afecto y la confianza con la pareja. Aquellas personas que tienen contacto físico y sexual de calidad frecuentemente logran mayores niveles de oxitocina, aseguran los especialistas, lo que fortalece los lazos en la relación.

Pero los beneficios de la oxitocina van mucho más allá. En el embarazo y el parto, esta hormona desempeña un papel fundamental. Durante la gestación, ayuda al cerebro a no asociar todo el proceso con dolor o sufrimiento. En el momento del parto, los niveles de oxitocina se disparan, provocando las contracciones uterinas necesarias para el nacimiento del bebé. Además, este pico hormonal facilita que la madre sienta un profundo amor hacia su recién nacido.

Oxitocina y lactancia

La oxitocina también es esencial en la lactancia. La mujer genera esta hormona en respuesta a la estimulación del pezón por la succión del bebé durante el amamantamiento.

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