El dolor de espalda, y más específicamente el dolor lumbar, es una condición tremendamente común, en una era en la que una buena parte de la población pasa la mayor parte del día sentada.
A menudo, y dada su relación con el sedentarismo, podríamos pensar que el ejercicio es una buena manera de prevenirlo y atajarlo. Y en principio así es; sin embargo, debemos tener cuidado con los ejercicios que realizamos para no empeorarlo.
Lumbares, abdominales, levantamientos de piernas…
Tal y como recomienda la Asociación Quiropráctica Canadiense, concretamente deberíamos evitar una serie de ejercicios que suponen un esfuerzo muy importante para la musculatura, los ligamentos y las articulaciones de la espalda.
Por ejemplo, este es el caso de las extensiones lumbares. Se trata de un ejercicio que se realiza tumbado bocabajo, con las piernas y los brazos estirados y más o menos separados, y se levantan al mismo tiempo las cuatro extremidades. Pues bien, muchas personas experimentan cierta incomodidad al realizarlo, y por un buen motivo: es posiblemente uno de los ejercicios comunes que más tensión genera en el área lumbar.
Otro son los clásicos abdominales. Puede resultar anti-intuitivo, dado que la lumbar no es la musculatura que este ejercicio trabaja, pero suponen una presión importante para la columna vertebral,