El parásito anisakis que se aloja en numerosos pescados de agua salada que consumimos los seres humanos supone una amenaza real para nuestra salud, al ser capaz de provocar infecciones peligrosas que desemboquen en reacciones alérgicas graves como la anafilaxia. En casos extremos, esta reacción puede ser mortal.
A pesar de lo alarmante de esta información, lo cierto es que existen algunas medidas caseras que podemos llevar a cabo para liquidar a este parásito y librarnos de los riesgos que lleva implícitos.
Para empezar, hemos hablado con la doctora Guadalupe Blay, del grupo de Nutrición de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia, que nos ayudará a identificar qué pescados tienen más probabilidades de incorporar anisakis en su carne o sistema digestivo (más frecuente), para que estemos especialmente alerta y llevemos a cabo las medidas correspondientes para eliminarlo.
Los pescados más ‘contaminados’ por anisakis
Las larvas del anisakis suelen localizarse en el estómago del animal, por lo que es fundamental limpiar cada pieza escrupulosamente, y congelarla después.
A la cabeza del ranking en presencia de anisakis se encuentra la merluza, que según explica la doctora Guadalupe Blay, «puede llegar a tener hasta en un 95 por ciento de los casos el gusano».
A la merluza le sigue muy de cerca en presencia de anisakis la caballa.