Nadie está a salvo de una contracción muscular y aunque se suela asociar a deportistas o personas con una actividad física intensa, lo cierto es que todos podemos sufrirlas. Muchos pueden dar fe de ese molesto momento conocido coloquialmente como subida del gemelo. En gran parte de las ocasiones nos pillará sentados o acostados, incluso durmiendo. ¿Cuál es la mejor manera de actuar?
La primera reacción natural será saltar inmediatamente de la silla o de la cama. El calambre es tan agudo como insoportable, así que el cuerpo nos pide movimiento pero, ¿esto es lo más recomendable?
Qué es lo que no hay que hacer
Según voces expertas en fisioterapia, aunque sea lo más instintivo tras sentir ese dolor tan punzante, andar no es lo mejor para que el músculo se reestablezca. Aunque a priori pueda parecer complicado porque se siente como una especie de agarrotamiento, lo ideal es estirar la pierna suavemente con la punta de los dedos hacia arriba. Y cuando los peores segundos hayan pasado, lo mejor es masajear la zona.
Lo bueno de este tipo de contracturas es que su duración es muy corta, afortunadamente. Si se produce durante la noche, mientras dormimos, lo ideal es volver a la postura más cómoda para que el músculo repose y normalmente no sufriremos más de un episodio nocturno.