Durante mucho tiempo, hemos escuchado un sinfín de afirmaciones sobre los peligros manifiestos de tragarse un chicle, siendo que permanece en el estómago durante siete años sin ser expulsado una de las más preocupantes. En Parade han querido descubrir qué hay de cierto en los mitos sobre los chicles, y han consultado a una gastroenteróloga.
Aunque masticar chicle no aporta ningún tipo de beneficio al organismo, al ser un ‘plástico’ cargado de edulcorantes, poco o nada interesantes en el perfil nutricional saludable, que no esté aconsejado tomarlos no significa que tragarse uno vaya a causar males mayores (salvo excepciones). Una doctora ofrece las claves y desmonta algunos mitos.
Posibles efectos secundarios de tragarse un chicle
Para comenzar negando la mayor, la doctora Lilly González, gastroenteróloga de Gastro Health en Plantation, Florida, declara en Parade algo categórico (y que nos alivia): «digerir un chicle no lleva años, ni mucho menos».
«El chicle pasa por el tracto digestivo como cualquier otra cosa. Algunos azúcares pueden descomponerse en el proceso, pero el chicle suele salir sin sufrir modificaciones. Contrariamente al viejo mito, el chicle no permanece en el estómago durante siete años, eso es una barbaridad sin ningún fundamento» afirma.
Y añade: «los ciudadanos pueden estar seguros de que tragar chicle no significa que vaya a permanecer en el cuerpo durante años.