El queso es un alimento que, salvo el bajo en calorías, los nutricionistas recomiendan consumir en su justa medida. Más aún si hablamos de un tipo de lácteo asociado a platos tan calóricos como puede ser una pizza. ¿Qué sucedería si un médico dice ahora no solo que no es perjudicial sino que lo convierte en receta médica para el corazón? Así lo ha hecho recientemente un cardiólogo californiano con respecto a la mozzarella.
Como ocurre con el consumo de cualquier alimento, la clave estaría en la moderación. La recomendación diaria no excedería de 30 a 40 gramos, que equivaldría a una bola pequeña de mozzarella fresca, preferiblemente baja en sodio y acompañada de alimentos ricos en fibra, como tomates, albahaca o espinacas. Esto es importante para tener claro que la recomendación médica no se está refiriendo a la que podemos encontrar en alimentos ultraprocesados.
Compuestos proteínicos y probióticos
Cheng-Han Chen es cardiólogo y director médico del Programa Cardíaco Estructural en el Memorial Care Saddleback Medical Center de California. Su argumento para esta original recomendación médica se basa en que la mozzarella «es una buena fuente de proteínas y calcio, e incluso contiene probióticos que pueden beneficiar la salud intestinal e inmunológica».
Y lo cierto es que esta no es una opinión aislada,