Los cánceres más frecuentemente diagnosticados en los hombres en España son los de próstata, colon y recto, pulmón y vejiga urinaria. Ante estas enfermedades, que ya constituyen la primera causa de muerte en nuestro país, se hace imprescindible encontrar buenas estrategias de prevención.
Justo en este sentido, varias investigaciones han demostrado ya que el ejercicio físico puede ejercer un importante efecto protector frente al cáncer, e incluso que puede ralentizar su progresión una vez que ya ha aparecido. Por ejemplo, un estudio publicado en el medio especializado Prostate Cancer and Prostatic Diseases encontró que incluso una única sesión de ejercicio aeróbico intenso puede aportar beneficios a las personas con cáncer de próstata avanzado.
El papel de las mioquinas
La investigación se basa en algunos trabajos previos que ya habían documentado que los varones con cáncer de próstata avanzado pueden modificar el contenido químico de su cuerpo a lo largo de meses de entrenamiento, de forma que logran una cierta supresión del crecimiento tumoral.
Esto se debe a que la musculatura esquelética segrega un tipo de proteínas llamadas mioquinas, y esta secreción aumenta con el ejercicio físico. Coincidentemente, estas mioquinas parecen tener efectos que minimizan el crecimiento tumoral, combatiendo activamente las células cancerosas y estimulando diferentes procesos inmunes en diversas partes del organismo.