Dormir es una de las necesidades fisiológicas más importantes, y un buen descanso por la noche es fundamental para mantener un buen estado de salud física y mental.
Existen varios factores que influyen sobre la calidad del sueño, y una de ellas es la postura que adoptamos cuando dormimos. Hay diferentes tipos de posturas y dependiendo de cuál usemos, nuestra salud puede verse afectada, tal y como recoge un artículo en el Mirror.
Posición fetal
Esta postura particular para dormir lleva el nombre de la posición que comúnmente adoptan los bebés mientras están en el útero. Las personas que prefieren esta posición tienden a dormir con el cuerpo ligeramente curvado, parecido a una pelota, mientras están acostados de lado.
Durante la década de 1970, el investigador del sueño Samuel Dunkell propuso una teoría que sugería un vínculo entre la posición del feto al dormir y ciertos rasgos de personalidad.
Después de una extensa investigación, Dunkell concluyó que quienes duermen en posición fetal tienen más probabilidades de mostrar signos de ansiedad y sensibilidad emocional.
Por otro lado, dormir de lado es una excelente manera de mantener las vías respiratorias despejadas y reducir los ronquidos. También puede ayudar a aliviar los síntomas de la apnea del sueño.