Existen enfermedades crónicas relacionadas con síntomas gastrointestinales difíciles de diagnosticar y que generan en los pacientes mucha incertidumbre, lo que les lleva a la consulta de su médico de cabecera para descubrir la causa y comenzar el tratamiento.
De todas las patologías relacionadas con el aparato digestivo, hay concretamente dos que se llevan la palma en cuanto a consulta con el médico de Atención Primaria, con una prevalencia del 40 y el 15 por ciento respectivamente: hablamos de la Dispepsia funcional y el Síndrome del intestino irritable.
Qué son los trastornos digestivos funcionales
Los trastornos funcionales digestivos son un grupo de trastornos motores que impactan en la calidad de vida de los pacientes, y pueden afectar cualquier segmento del aparato digestivo. Se caracterizan por ser funcionales y de difícil manejo, originando situaciones complicadas en la relación médico paciente, y provocando un gran impacto en la calidad de vida.
Los síntomas que provocan estas patologías se conocen médicamente como trastornos funcionales digestivos y son señales de alarma que nuestro cuerpo emite para informarnos de que existen alteraciones en lo que debería ser el correcto funcionamiento de nuestro aparato digestivo.
Entre los trastornos funcionales digestivos más frecuentes se encuentran el colon irritable, el reflujo gástrico (identificado como sensación de acidez),