La enfermedad del hígado graso o esteatosis hepática es una epidemia silenciosa en España. No sólo afecta ya a un cuarto de la población de nuestro país, sino que se espera que crezca en los próximos años a un ritmo tan preocupante que la Federación Nacional de Enfermos y Trasplantados Hepáticos (FNETH) ha advertido de que eventualmente «no habrá órganos para todos».

Aunque puede tener consecuencias graves (como el desarrollo de fibrosis o hasta cirrosis), no causa síntomas, con lo que puede ser difícil de diagnosticar (y de hecho suele detectarse mediante pruebas destinadas a evaluar unos problemas. Eso sí, una vez que se descubre, es importante poner en marcha algunas estrategias para evitar que progrese y revertirla en lo posible.

Cese del consumo de alcohol

Afortunadamente, se trata de una condición que es reversible en un grado muy alto mediante tan sólo cambios en la dieta y en el estilo de vida. Así lo destaca el portal de divulgación Healthline, revisado por médicos, que destaca que hay dos tipos de enfermedad del hígado graso en función de su causa subyacente: la alcohólica y la no alcohólica.

El origen de la enfermedad va a determinar el camino para acabar con ella. Así, las personas que padezcan hígado graso alcohólico (es decir,

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