RAQUEL LEMOS

  • Introducir más frutas o verduras en nuestra dieta es una manera de comer sano sin gastar tanto dinero.

Supermercado

En los últimos años comer sano se ha convertido en un hábito que, cada vez, está más arraigado. La preocupación por nuestro bienestar en el futuro, así como sentirnos bien en el presente son dos de las razones por las que la comida que incluimos en nuestra cesta de la compra ya no es la misma. Sin embargo, esto ha hecho que hayan empezado a surgir preguntas en torno al coste que este cambio ha supuesto y es que… ¿realmente comer sano es más caro?

Si bien las opiniones son diversas y hay personas que, incluso, afirman que comer sano les supone un ahorro en la cesta de la compra, es conveniente analizar la veracidad que puede haber en estos juicios. Pero, para empezar, la Sociedad Española de Nutrición (SEN) en su Libro blanco de la nutrición en España concuerda en que «comer bien y de forma saludable no significa comer caro […] si se ofrece a la población una información correcta y veraz».

No obstante, sí es cierto que determinados productos son mucho más costosos, por ejemplo, aquellos que provienen del cultivo ecológico. Una opción que se presenta más sana, ya que los alimentos conservan todas sus propiedades nutricionales y tienen un mayor sabor. Todo ello, debido a no usar productos químicos ni ningún tipo de aditivo. Sin embargo, como bien indica María Dolores Raigón, presidenta de la Sociedad Española de Agroecología (SEAE), «No es que los productos ecológicos sean caros, es que los convencionales son excesivamente baratos. Si un pollo cuesta dos euros, ¡qué llevará ese pollo!».

Los alimentos orgánicos sí son más caros

Además de que los productos convencionales pueden tener unos precios irrisorios, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)  expone algunos de los motivos por los que no se puede reducir el costo de los alimentos orgánicos:

  • La oferta de alimentos orgánicos es mucho más limitada.
  • Los costos de producción son más elevados porque se necesita más mano de obra por cada unidad de producción.
  • La manipulación después de la cosecha de cantidades reducidas tiene un precio mayor debido a la separación obligatoria.

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